La obra “Alicia en el país de las maravillas” de LEWIS CARROLL se ha convertido en un clásico de la literatura infantil a pesar de que para algunos críticos sea una obra colmada de símbolos y metáforas NO destinada a la infancia; son miles de niños de todas las épocas que han escuchado embelesados las aventuras de Alicia. El autor en este libro cuenta el momento, ese terrible momento, en el que el niño deja de ser un niño para así adentrarse en el mundo de los adultos.
CARROLL creó un país absurdo: el caos gira enloquecido, desbordante. Para el lector adulto el autor es un visionario que ha logrado representar el mundo principalmente el de fines del siglo XIX, que -como todo cambio de siglo- trajo emparejado sensaciones dispares, incoherencias, interrogantes no resueltos, miedos y ansiedades. Para el público infantil, este país absurdo los hace irrumpir con un mundo muy parecido al suyo, donde no hay fronteras, donde la lógica se tronca en sinrazón, donde todo es posible, donde la vida es sueño y el sueño realidad…
Alicia no es un libro moralizante, como los de su época, no está en la línea de los cuentos de hadas. El autor nos muestra un mundo donde reina el caos, su visión, teñida de humor negro, nos presenta una vida donde seres alienados conviven sin comunicarse, sus individualidades representan arquetipos humanos.
¿En qué radica el encanto de esta obra entonces?
Cualquier niño en sus juegos fantasea con la realidad y crea mundos propios, donde sus juguetes cobran vida, donde el tiempo transcurre con un ritmo distinto, donde todo es posible con tan sólo desearlo o imaginarlo; todo niño es artífice de mundos imaginarios donde sus fantasías más imposibles se hacen realidad.
La obra de LEWIS CARROLL contempla:
Un mundo donde reina la locura: los personajes son locos y extravagantes, a toda la iguala la locura.
Juegos de palabras: el lenguaje está en continuo movimiento, con diálogos rápidos, breves monólogos internos, escasas descripciones, onomatopeyas. Los poemas intercalados otorgan musicalidad a la obra y hay palabras con sentido mágico como “bébeme”, “cómeme” …
Un espacio infinito: el escenario de la obra varía constantemente. El viaje de Alicia se inicia en una conejera y acaba en un tribunal (pozo interminable, océano de lágrimas, bosque, campo de croquet, jardín…)
Propuesta realizada curso 2017/2018